Nuevos versos de Jesús Mauleón 5. SI ME PREGUNTAN
Continuamos hoy acariciando poemas del último libro de Jesús Mauleón (“Pero estás en mi aliento”). Y, metiendo mano a la lotería del índice, presentamos de nuevo tres meritorios títulos: “Dime, mi Dios cómo se puede / amarte tanto…”, sobre el amor a Dios, “Entra en el autobús la muchacha de azul”, sobre la belleza de la mujer, y “Hoy no te digo más”, elogiando el silencio.
Me gustaría daros a conocer el breve texto de “Despedida” con el que D. Tomás Yerro, autor de la Introducción a la “Obra Poética (1954-2005)” de Jesús Mauleón (trabajo de más de cien páginas), así cierra y sintetiza su calificación a la obra del poeta:
“Si esta introducción fuera un estudio académico como Dios manda, tendría que terminar con capítulo final de conclusiones. Como no lo es, prefiero que las conclusiones del estudio precedente sobre la poesía de Jesús Mauleón –su situación en el panorama poético nacional, sus temas preferidos, su originalidad estilística y su insobornable independencia– las saque el lector sumergiéndose de lleno en los versos, que es la única tarea decisiva. Le esperan sorpresas muy gratificantes. Lo aseguro.”
Esta exactamente es la intención del amigo de Mauleón que os escribe y os invita a leer recién estrenados poemas del octogenario poeta, en los que os confidencia exquisitos colores de su alma, sutilísimos perfumes de su escritura.
TE CONOZCO SÓLO CON EL AMOR Y EN EL ABRAZO
En la foto inicial que ambienta el tema de hoy una muchacha, al tiempo que se asombra de la grandiosidad, la belleza del mundo, imaginamos que se dirige al Creador y le interroga. En la estampa de ahora, Dios gobierna el mundo. El ciudadano Mauleón, en oración de búsqueda personal preguntará a Dios “cómo se puede / amarte tanto / siendo tan misterioso…” El sacerdote Mauleón, en pastoral anhelo, preguntará a Dios: “¿Qué les diré de ti si me preguntan?”
La respuesta final se descubre al recordar el Credo que ya en versión de Ripalda aprendimos en la catequesis y así memorizábamos: “Creo en Dios Padre Todopoderoso, criador del cielo y de la tierra…” La palabra “criador” me parece hermosa, pues añade al fruto primero de la creación su amoroso cuidado.
DIME, MI DIOS, CÓMO SE PUEDE
Dime, mi Dios, cómo se puede
amarte tanto
siendo tan misterioso.
Te conozco de siempre, te amo
más que se ama la vida.
Yo sé quién eres, pero te conozco
sólo con el amor y en el abrazo
temblando y traspasado de misterio.
¿Pero qué les diré de ti si me preguntan?
Eres
aún más asombroso
que los millones de astros encendidos o apagados
que nadie nunca vio
en el silencio de su arcana lejanía.
Tú te paseas por espacios sin nombre,
que sin esfuerzo alguno
tu omnisciencia pensó para que todo
por siglos de los siglos se moviera
en un derroche nunca mensurable
del esplendor y el orden.
¿Qué les diré de ti si me preguntan?
Me atreveré a decirles balbuciente
que eres el Creador
del cielo y de la tierra,
de todo lo visible y lo invisible.
Y aún les diré, mi Dios, mi Padre, que a cada instante haces
un prodigio mayor:
les gritaré que abrazas
lleno de amor la pequeñez del hombre.
(Agosto de 2016)
¿LA HUBIERA HECHO TAN BELLA UN VIEJO MORALISTA?
Atento a la vida, a la calle, a las estaciones, a la belleza, subido en un autobús centra su mirada el poeta en una jovencita escasamente vestida, y asocia su hermosura con la de una resplandeciente estatua griega. En un segundo momento, su espiritualidad le lleva a comunicarse con el Padre. “Pero tú, Señor, amas hasta el final / la belleza que creas. / La amas a ella también, que, aun ignorante, / mostrándose tan pródiga, / no traiciona la verdad de su hermosura, / ni tu Verdad, Señor, ni tu Belleza.”
Los versos de la muchacha de azul, evocan en el lector el impresionante soneto de Dámaso Alonso “Oración por la belleza de una muchacha”. Si os intriga conocer, en formato PPS, los versos del madrileño, miembro destacado del 27, pulsar aquí.
ENTRA EN EL AUTOBÚS LA MUCHACHA DE AZUL
Entra en el autobús la muchacha de azul
como un obsequio del verano.
Tan ligera de ropa, muestra
el arranque generoso de los senos,
sus muslos torneados
como la obra de un escultor de Atenas,
alargada y exacta
la desnudez hermosa de sus brazos.
Tan bella es que acaso
no necesitaría
mostrarse así de franca,
para probar su perfección de estatua viva.
Desea que la miren, aunque muestre
como un aire lejano
de distraída indiferencia.
(¿La hubiera hecho tan bella
en tu lugar, Señor, un viejo moralista?)
Pero tú, Señor, amas hasta el final
la belleza que creas.
La amas a ella también, que, aun ignorante,
mostrándose tan pródiga,
no traiciona la verdad de su hermosura,
ni tu Verdad, Señor, ni tu Belleza.
(Verano de 2014)
QUE AHORA SOLAMENTE PARPADEEN LAS GALAXIAS LEJANAS
Este bello poema describe dos espacios de tiempo en la vida de Jesús Mauleón. En ambos dialoga con el Señor. Le escucha por el día: “cuando amanezca, ya gritarán los montes, ya bramarán los mares / lo que Tú les mandaste para tratar conmigo…” Y más adelante: “Cuando amanezca, me hablarán los pájaros…” Le habla a Dios por la noche: “Hoy no te digo más. Me quedo en tu silencio”. Silencio y más silencio: “Llenas con él mis ojos, mis oídos, / el cielo de mi casa.” En el calor de la noche conmina a las estrellas: “Que ahora suavemente parpadeen / las galaxias lejanas / tu mensaje de amor en esta noche.”
En su cuidada Introducción, Tomás Yerro, bajo el apartado “Amores” destaca la siguiente anotación sobre el estado civil de célibe del poeta: “No hay caballo a la puerta / ni el fuego de una mujer en su lecho” (poema autobiográfico “Este hombre”). Después de inventariar que Mauleón no ha escrito un solo poema de amor a amante o esposa, señala Tomás Yerro el amor como central en toda su lírica: “Toda su obra poética es como un inmenso fresco sobre el amor humano y divino pintado con una paleta de colores amplísima, pero el tratamiento literario del sentimiento amoroso en pareja queda reservado a sus tres novelas.”
A la vista de este texto me gustaría sugerir la mística belleza de la siguiente oración en la noche. Le dice a Dios el poeta: “Habla con tu presencia cuando calla la noche. / Muy quedamente / abrázame de amor mi vida y mi horizonte.”
HOY NO TE DIGO MÁS
Hoy no te digo más. Me quedo en tu silencio,
ese lenguaje inmenso cuando Tú estás conmigo.
No me hables con tu sol ni con palabras.
Habla con tu presencia cuando calla la noche.
Muy quedamente
abrázame de amor mi vida y mi horizonte.
Cuando amanezca, ya gritarán los montes, ya bramarán los mares
lo que Tú les mandaste para tratar conmigo.
Deslumbrará tu sol cuando pongas el día.
Que ahora suavemente parpadeen
las galaxias lejanas
tu mensaje de amor en esta noche.
Cuando amanezca me hablarán los pájaros,
la hierba humilde, el alboroto
primero de los niños o la luz que guía
los pasos del anciano,
los ruidos, los motores.
Cuando amanezca me hablará la vida.
Pero ahora sólo me importa tu silencio
inmenso como Tú. Llenas con él mis ojos, mis oídos,
el cielo de mi casa.
(19 de octubre)
NUEVOS VERSOS DE JESÚS MAULEÓN:
“Pero estás en mi aliento (Senectutis carmina)”
ENLACESpulsar cada título:
1. Poeta
POETA
NEVADA
2. Te dicen misterioso
TE DICEN MISTERIOSO
DIOS
A VECES
3. Apasionado adiós
LA VIDA ES UNA LUCHA DE DISTINTOS COLORES
UN DÍA TE ESCRIBÍ
4. Era mortal
ERA MORTAL
TODOS FUERON MURIENDO
EL POETA CUMPLE SUS OCHENTA AÑOS
5. Si me preguntan
DIME, MI DIOS, CÓMO SE PUEDE AMARTE TANTO
ENTRA EN EL AUTOBÚS LA MUCHACHA DE AZUL
HOY NO TE DIGO MÁS
6. Para dos santos y, guau, un perro
SAN JOSÉ (19 DE MARZO)
A SAN JUAN XXIII, EN SU CANONIZACIÓN
AL PERRO YOSI