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     Ayer 15 de febrero se ha inaugurado el Foro Social Mundial, FSM, en Katmandú, la capital de Nepal, y sólo unas horas antes concluía la sesión interna del Foro Mundial de Teología y Liberación, FMTL, en el que 26 teólogas y teólogos, venidos de cinco continentes, compartieron estudios y análisis sobre la coyuntura social mundial, y compartieron sus aportaciones teológicas, venidas de sus diferente contextos y preocupaciones, y intercambiaron mutuamente sus sugerencias para mejorar sus reflexiones, y se repararon así para participar, en una segunda fase de su FMTL, en un Foro mucho más amplio que el suyo, en FSM, al que asisten miles de personas que vienen en grupos y personas sueltas que vienen como casi siempre como delegaciones de los más variados movimientos sociales, representando a todo el arco de las inquietudes actuales de las sociedades que habitamos el globo. 

El FSM comenzó en el año 2001, en Brasil, en Porto Alegre. Al principio fue anual, luego bianual, habiendo tenido que acomodarse a la pausa obligada de la pandemia. Vuelta ya esta «normalidad diferente», se pone de nuevo en pie para continuar la marcha. El FSM es, explícitamente, una alternativa al FEM, el Foro Económico Mundial, el que se celebra suntuosamente en Davos (Suiza), como cita para los grandes capitales y los principales poderes fácticos para programar una agenda mundial en favor del crecimiento económico... desde la perspectiva de los intereses del capitalismo internacional.

Por su parte, el FMTL comenzó en 2005, también en Porto Alegre, cuando ya el FSM celebraba su quinta edición. Ya en el primer FSM, teólogos latinoamericanos que participaron en la primera hora de los FSM debatieron la conveniencia y la necesidad de celebrar, simultáneamente, una cita, también mundial, para la teología mundial, para acompañar el gran Foro en el que se daban cita tantísimos movimientos sociales y militantes, para expresar y compartir y discernir los intereses de los pobres del mundo. Algunas teologías podrían preferir acompañar a Davos -y quizá, aunque no explícitamente, las hay que allí se hacen presentes; paro la teología de la liberación, la que dijera, con Martí, aquello de «Con los pobres de la Tierra / quiero yo mi suerte echar», no podía no esforzarse por acompañar esa cita capital de los movimientos sociales a nivel mundial. Y en 2005, como digo, comenzó su andadura, siempre girando en torno al Foro mayor, el FSM, que es quien programa su propia agenda, sus fechas, sus temas, su calendario, y su lugar. Nunca en Davos, sino cerca de las periferias sociales, el tercer mundo, los pueblos pobres y oprimidos, para hacer teología desde la opción por los pobres, y desde las víctimas del sistema económico mundial. 

Después de la primera parte, concluida ya en Katmandú, en las vísperas del FSM, ahora las teólogas y teólogos se insertan en el FSM, entre los miles de militantes asistentes, escuchan las presentaciones venidas de todos los rincones del mundo, escuchan de primera mano las quejas, las luchas, los sueños y esperanzas de los militantes, y cargan sus pilas para que el carisma de su teología siga siendo siempre liberadora. 

Casi al azar, nos cercamos a uno de los participantes, venido del quinto continente, David Tutty, australiano:

Soy participante del Foro Mundial sobre Teología y Liberación 2024. Vivo en Australia y trabajo como educadora de justicia social y defensora de la Diócesis Católica de Toowoomba. Llegué a nuestro foro en Katmandú con una sensación de entusiasmo. He estado en dos foros anteriores pero fueron hace algún tiempo. Mi entusiasmo se debió a que la liberación y la teología de la liberación continúan ofreciendo caminos llenos de esperanza para avanzar. Para mí, la teología de la liberación trata de una esperanza basada en la realidad. Busca ser honesto acerca de nuestras estructuras y organizaciones humanas y el impacto que tienen en toda la creación de Dios. El Papa Francisco habla de escuchar el grito de la tierra y el grito de los pobres. Aquí comienza la Teología de la Liberación. Esta forma de hacer teología busca entonces comprender el contexto más amplio de estos “gritos” a la luz de aspectos clave de la fe y la tradición. Hacemos esto para poder ofrecer formas en que la esperanza se puede hacer realidad en cada uno de los diferentes contextos. Básicamente, esta forma de hacer teología aborda cuestiones y cuestiones difíciles y desafiantes por el bien de aquellos que luchan contra la injusticia y por el propio planeta Tierra. Y esto me emociona. Se trata de comprometernos con lo que realmente importa en nuestra vida compartida en este planeta. Agradezco haber podido escuchar las opiniones de otros participantes y poder compartir algunas de las mías. Volveré a casa lleno de energía e inspirado para continuar mi propio viaje de reflexión y escritura.

Cualquier otro puede darnos un testimonio semejante. Nos inspira a todas y todos el mismo afán de servicio a la Causa de la Humanización de la Humanidad, en el sendero bien curtido de no pocas de ls tradiciones religiosas. Nepal, un buen lugar para cargarse de humildad y de propósitos de servicio descolonizado, en un país donde el 81% de la población es hinduista, el 9% es budista [y hay que recordar que Buda nació en Lumbini, en el actual Nepal, unos 500 años antes de Jesús], el 3'1% musulmán, el 1'4% cristiano...y la porción restante se la reparten el jainismo, la religión bahai, el sijismo y otras. 

¿Cómo repensar la teología global desde esta perspectiva liberadora, desde el tercer mundo, desde las víctimas, y sin poder social, ni fuerza numérica aplastante ni concordatos con los poderes de todo tipo? El FMTL sigue sigue su reflexión, y la compartirá. 

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English now. Português depois.

     Yesterday, February 15, the World Social Forum, WSF, was inaugurated in Kathmandu, the capital of Nepal, and only a few hours before the internal session of the World Forum on Theology and Liberation, FMTL, concluded, in which 26 theologians, who had come from five continents, shared studies and analyzes on the global social situation, and shared their theological contributions, coming from their different contexts and concerns, and mutually exchanged their suggestions to improve their reflections, and thus prepared themselves to participate, in a second phase of his FMTL, in a much broader Forum than his, in FSM, attended by thousands of people who come in groups and individuals who come as almost always as delegations of the most varied social movements, representing the entire range of current concerns of the societies that inhabit the globe.

     The WSF began in 2001, in Brazil, in Porto Alegre. At first it was annual, then biannual, having had to accommodate the forced pause of the pandemic. Once this "different normality" has returned, he gets back on his feet to continue the march. The WSF is, explicitly, an alternative to the WEF, the World Economic Forum, which is held sumptuously in Davos (Switzerland), as an appointment for big capital and the main de facto powers to program a global agenda in favor of economic growth. From the perspective of the interests of international capitalism.

     For its part, the FMTL began in 2005, also in Porto Alegre, when the WSF was already celebrating its fifth edition. Already in the first WSF, Latin American theologians who participated in the first hour of the FSM debated the convenience and necessity of simultaneously holding an event, also global, for world theology, to accompany the great Forum in which they met. so many social and militant movements, to express and share and discern the interests of the world's poor. Some theologies might prefer to accompany Davos - and perhaps, although not explicitly, there are those that are present there; But the theology of liberation, which said, with Martí, that "With the poor of the Earth / I want to cast my lot," could not help but strive to accompany that capital event of social movements worldwide. And in 2005, as I say, it began its journey, always revolving around the largest Forum, the WSF, which is the one that programs its own agenda, its dates, its topics, its calendar, and its place. Never in Davos, but near the social peripheries, the third world, the poor and oppressed peoples, to do theology from the option for the poor, and from the victims of the world economic system.

     After the first part, already concluded in Kathmandu, on the eve of the WSF, now the theologians are inserted in the WSF, among the thousands of attending militants, they listen to the presentations coming from all corners of the world, they hear first-hand the complaints, the struggles, the dreams and hopes of the militants, and they charge their batteries so that the charisma of their theology always continues to be liberating.

     Almost at random, we approached one of the participants, coming from the fifth continent, David Tutty, Australian: I am a participant in the World Forum on Theology and Liberation 2024. I live in Australia and work as a social justice educator and advocate for the Catholic Diocese of Toowoomba. I arrived at our forum in Kathmandu with a feeling of excitement. I've been to two previous forums but they were some time ago. My excitement was because liberation and liberation theology continue to offer hopeful paths forward. For me, liberation theology is about hope based on reality. It seeks to be honest about our human structures and organizations and the impact they have on all of God's creation. Pope Francis talks about listening to the cry of the earth and the cry of the poor. Liberation Theology begins here. This way of doing theology then seeks to understand the broader context of these “cries” in light of key aspects of faith and tradition. We do this so we can offer ways in which hope can become a reality in each of the different contexts. Basically, this way of doing theology addresses difficult and challenging questions and issues for the sake of those fighting against injustice and for the planet Earth itself. And this excites me. It's about committing to what really matters in our shared life on this planet. I am grateful to have been able to hear the opinions of other participants and to be able to share some of my own. I will return home energized and inspired to continue my own journey of reflection and writing.
     Anyone else can give us a similar testimony. The same desire to serve the Cause of the Humanization of the Humanity, which inspires us all.

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Português a seguir:

     Ontem, 15 de fevereiro, foi inaugurado em Katmandu, capital do Nepal, o Fórum Social Mundial, FSM, e poucas horas antes da sessão interna do Fórum Mundial de Teologia e Libertação, FMTL, ser concluída, na qual 26 teólogos, que vieram dos cinco continentes, compartilharam estudos e análises sobre a situação social global, e compartilharam suas contribuições teológicas, provenientes de seus diferentes contextos e preocupações, e trocaram mutuamente sugestões para melhorar suas reflexões, e assim se prepararam para participar, em um segundo fase do seu FMTL, num Fórum muito mais amplo que o seu, no FSM, com a participação de milhares de pessoas que vêm em grupos e indivíduos que vêm quase sempre como delegações dos mais variados movimentos sociais, representando toda a gama de preocupações atuais do sociedades que habitam o globo.

      O FSM começou em 2001, no Brasil, em Porto Alegre. No início era anual, depois semestral, tendo sido necessário acomodar a pausa forçada da pandemia. Uma vez retornada essa “normalidade diferente”, ele se levanta para continuar a marcha. O FSM é, explicitamente, uma alternativa ao FEM, o Fórum Económico Mundial, que se realiza suntuosamente em Davos (Suíça), como uma nomeação para o grande capital e as principais potências de facto programarem uma agenda global a favor do crescimento económico. Na perspectiva dos interesses do capitalismo internacional.

     Por sua vez, o FMTL teve início em 2005, também em Porto Alegre, quando o FSM já celebrava a sua quinta edição. Já no primeiro FSM, os teólogos latino-americanos que participaram da primeira hora do FSM debateram a conveniência e a necessidade de realizar simultaneamente um evento, também global, para a teologia mundial, para acompanhar o grande Fórum em que se reuniram tantos eventos sociais e sociais. movimentos militantes, para expressar, partilhar e discernir os interesses dos pobres do mundo. Algumas teologias talvez prefiram acompanhar Davos – e talvez, embora não explicitamente, haja aquelas que ali estão presentes; Mas a teologia da libertação, que disse, com Martí, que “Com os pobres da terra / quero lançar a minha sorte”, não pôde deixar de se esforçar para acompanhar esse acontecimento capital dos movimentos sociais em todo o mundo. E em 2005, como digo, iniciou a sua caminhada, sempre girando em torno do Fórum maior, o FSM, que é aquele que programa a sua agenda, as suas datas, os seus temas, o seu calendário e o seu local. Nunca em Davos, mas perto das periferias sociais, do terceiro mundo, dos povos pobres e oprimidos, para fazer teologia a partir da opção pelos pobres e das vítimas do sistema económico mundial.

     Depois da primeira parte, já concluída em Katmandu, às vésperas do FSM, agora os teólogos estão inseridos no FSM, entre os milhares de militantes presentes, ouvem as apresentações vindas de todos os cantos do mundo, ouvem primeiro- entregam as queixas, as lutas, os sonhos e as esperanças dos militantes, e eles carregam as baterias para que o carisma da sua teologia continue sempre a ser libertador.

     Quase ao acaso, abordamos um dos participantes, vindo do quinto continente, David Tutty, australiano: Sou participante do Fórum Mundial de Teologia e Libertação 2024. Moro na Austrália e trabalho como educador de justiça social e defensor de a Diocese Católica de Toowoomba. Cheguei ao nosso fórum em Katmandu com uma sensação de entusiasmo. Já estive em dois fóruns anteriores, mas eles foram há algum tempo. A minha excitação foi porque a libertação e a teologia da libertação continuam a oferecer caminhos esperançosos para o futuro. Para mim, a teologia da libertação trata da esperança baseada na realidade. Procura ser honesto sobre as nossas estruturas e organizações humanas e o impacto que elas têm em toda a criação de Deus. O Papa Francisco fala sobre ouvir o grito da terra e o grito dos pobres. A Teologia da Libertação começa aqui. Esta forma de fazer teologia procura então compreender o contexto mais amplo destes “gritos” à luz de aspectos-chave da fé e da tradição. Fazemo-lo para podermos oferecer formas pelas quais a esperança pode tornar-se uma realidade em cada um dos diferentes contextos. Basicamente, esta forma de fazer teologia aborda questões e questões difíceis e desafiadoras para o bem daqueles que lutam contra a injustiça e para o próprio planeta Terra. E isso me excita. Trata-se de nos comprometermos com o que realmente importa na nossa vida partilhada neste planeta. Estou grato por ter podido ouvir as opiniões de outros participantes e poder partilhar algumas das minhas. Voltarei para casa energizado e inspirado para continuar minha jornada de reflexão e escrita.
     Qualquer outra pessoa pode nos dar um testemunho semelhante. O mesmo desejo de servir a Causa da Humanização inspira a todos nós.

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