Versos para orar en verano 10. LA HORA DE COMPLETAS
También en vacaciones, necesitamos dormir. Estos últimos minutos del día son importantes en la vida de fe. Si llega un momento en que caemos redondos en la somnolencia y nos es prácticamente imposible realizar ejercicios de piedad, probablemente todavía seremos capaces, al menos, de una cosa: abandonarnos en las manos del Padre, como Jesús en sus últimos momentos, cuando recitaba el salmo 31, de arrepentimiento, confianza en el perdón y alegre entrega al Dios del amor.
Pero como esos últimos minutos del día son un tiempo precioso para la reflexión y el coloquio, suelen dedicarse a repasar brevemente el día, agradeciendo momentos de fidelidad y gozo y revisando actuaciones poco felices con las que sentirnos disgustados. El Señor nos perdona y alienta. Programamos buenas obras para el día siguiente y recitamos, con amor y confianza, la oración del abandono: "Vela sobre mí, Padre querido, mientras me entrego confiado al sueño, como un niño que duerme feliz entre tus manos. Amen". Reproducimos a continuación tres fascinantes poemas para la noche, escritos por Ernestina de Champourcin, Leopoldo Panero y Bernardo Velado.
TIEMPO DE ESPERANZA CON LA LUZ POR DENTRO
Formando parte del libro “Poemas del ser y del estar” (1972), estos versos pertenecen al fecundo ciclo espiritual que los críticos señalan como “Poesía del amor divino” (1940–1972). Centrada en el “Tiempo de la noche...”, desarrolla Ernestina de Champourcin, notable poeta de la Generación de 27, su mística vivencia del dormir (“Tregua junto al cielo... / En amor me duermo”) y del soñar (“Tiempo de soñar / verdades sin cuento... / de ser en lo eterno”). Y pide soledad y respeto para entregarse con intensidad a este “Tiempo de la noche” (“dejádmelo entero... Tiempo de esperanza / con la luz por dentro”).
TIEMPO DE LA NOCHE...
Tiempo de la noche.
Tregua junto al cielo.
Sé que estás ahí,
aunque no te siento.
¡Tiempo de la noche!
En amor me duermo.
Tiempo de mi gloria
si en amor despierto.
No me interrumpáis:
estoy en mi tiempo,
en la dulce pausa
del amor completo.
Tiempo de soñar
verdades sin cuento;
de reponer fuerzas,
de ser en lo eterno.
Tiempo de la noche:
dejádmelo entero.
Tiempo de esperanza
con la luz por dentro.
SÓLO EL AGUA DE MI CORAZÓN SE OYE...
“Canción del agua nocturna”, de Leopoldo Panero, ha sido acogida por la Liturgia de las Horas como oración de Completas, y su inspiración se apoya en los conocidos versos de san Juan de la Cruz “aunque es de noche”, que se refieren a la experiencia de "conocer a Dios por fe".
Ya lo anunció Jesús a la Samaritana: “Porque el que beba del agua que yo le daré, no volverá más a tener sed. Porque el agua que yo le daré se hará en él manantial de agua que brotará para la vida eterna (Juan 4,14)”. Vivimos en oscuridad (“aunque es de noche”), pero brota del propio corazón, de la propia alma, un agua temblorosa y limpia “que vuelve a ser pura y joven / con una esperanza. (Sólo / en mi alma sonar se oye)”.
CANCIÓN DEL AGUA NOCTURNA
Tiembla el frío de los astros,
y el silencio de los montes
duerme sin fin. (Sólo el agua
de mi corazón se oye.)
Su dulce latir, ¡tan dentro!,
calladamente responde
a la soledad inmensa
de algo que late en la noche.
Somos tuyos, tuyos, tuyos;
somos, Señor, ese insomne
temblor del agua nocturna,
más limpia después que corre.
¡Agua en reposo viviente,
que vuelve a ser pura y joven
con una esperanza! (Sólo
en mi alma sonar se oye.)
MIENTRAS DORMIMOS, NOS VELA...
Del tercer y último poema de hoy, escrito por Bernardo Velado, comentaremos una frase de cada una de las estrofas: “Guárdanos tú, Señor”: dormir... morir..., despertaremos a la vida. “Tu amor nos guía y nos reprende”: se trataría de la dimensión educativa del amor de Dios; y coincide con vivir fielmente el evangelio de las bienaventuranzas. “Gracias, Señor, por este día”: ofrecemos a Dios nuestra jornada de hoy, y preparamos la de mañana...
“Alimenta nuestra esperanza / de amanecer a tu gran Día”: se iniciaba el poema con la muerte y el despertar a otra vida personal; la ambición ahora es mayor: estar presentes, a la derecha de Jesús, en el Día de su Triunfo, en el Día de la Justicia y la Misericordia finales... Será entonces cuando nos preguntará a fondo cómo vivimos el amor al prójimo (Mateo 25, 31–46).
EL SUEÑO, HERMANO
DE LA MUERTE...
El sueño, hermano de la muerte,
a su descanso nos convida;
guárdanos tú, Señor, de suerte
que despertemos a la vida.
Tu amor nos guía y nos reprende
y por nosotros se desvela,
del enemigo nos defiende
y, mientras dormimos, nos vela.
Te ofrecemos, humildemente,
dolor, trabajo y alegría;
nuestra plegaria balbuciente:
«Gracias, Señor, por este día.»
Recibe, Padre, la alabanza
del corazón que en ti confía
y alimenta nuestra esperanza
de amanecer a tu gran Día.
CUANDO CAE LA NOCHE
“Esta contemplación de lo creado nos permite descubrir a través de cada cosa alguna enseñanza que Dios nos quiere transmitir, porque «para el creyente contemplar lo creado es también escuchar un mensaje, oír una voz paradójica y silenciosa». Podemos decir que, «junto a la Revelación propiamente dicha, contenida en la sagrada Escritura, se da una manifestación divina cuando brilla el sol y cuando cae la noche» (Francisco, Laudato si', 85).
VERSOS PARA ORAR
EN VERANO
Vacaciones con Dios
0.Preparando las vacaciones
LA MARCHA, de M. V. Atencia / AL EMPRENDER UN VIAJE, de J. Mauleón / DUELE LA TIERRA DE HERMOSA, de J. Mauleón / DIOS DE ALEGRÍA, de Jorge Carrera Andrade...
1.La luz
ORACIÓN DE LAS HORAS, de Ángel Sanz Arribas / REGALO, de Ángel Sanz Arribas / MÁS LUZ, de Ángel Sanz Arribas
2.El Espíritu Santo
ESPÍRITU DIVINO, de Ángel Sanz Arribas / A VECES, POR LAS VENAS DE LAS COSAS, de Juan Bautista Bertrán...
3.Un templo, una catedral
TE SIENTO AQUÍ, SEÑOR, de Juan Bautista Bertrán
4.A orillas del mar
ORACIÓN CON EL CUERPO, de Antonio Pereira / DIOS Y EL MAR, de Carmen Conde...
5.Ya amanece en la tierra
YA AMANECE EN LA TIERRA, de E. de Champourcin / COMO UN DÍA, de Jesús Mauleón / HIMNO DE LA MAÑANA, de Victor Manuel Arbeloa
6.Con los ojos de Dios
SI YA FLORECIÓ EL ALMENDRO, de M. Ángeles Gómez / COMO LAS BANDADAS DE PATOS..., de Ernesto Cardenal / SALOMÓN Y LA ROSA, de Fina García Marruz / ACABO DE VER, de Juan Ruíz Peña
7.Entre la fe y la duda
SÚPLICA, de Susana March / LLAMANDO, de B. Mostaza / UN MAR DE OSCURAS VOCES, de Bartolomé Mostaza
8.Esos niños que nos miran
NIÑOS NUESTROS, de G. Diego / EL HACEDOR, de J. G. Nieto / LOS NIÑOS. TODAVÍA VEN LOS ÁNGELES, de R. Alfaro
9.El placer de la conversación
SOBRE EL PLACER DE LA CONVERSACIÓN, de R. Alfaro / YO TE FUI DESNUDANDO, de Dulce María Loynaz / VOLVIERON LAS PALABRAS, de Ernestina de Champourcin
10.La hora de Completas
TIEMPO DE LA NOCHE, de E. de Champourcin / CANCIÓN DEL AGUA NOCTURNA, de Leopoldo Panero / EL SUEÑO, HERMANO DE LA MUERTE, de Bernardo Velado
11.Quien cree, ve
ALFARERO DEL HOMBRE, de J. L. Blanco Vega / EMAÚS, de Rafael Alfaro / LÁMPARA DE ORO, de Juan Ruíz Peña
12.Despedida
QUIERO ESTA NOCHE BENDECIRTE, de R. Alfaro / LA TIERRA ES TUYA, de Concha Zardoya / DESPEDIDA, de R. Alfaro