Textos de Francisco y Poemas 7. ME LLAMARÉ FRANCISCO
«Durante la elección, tenía a mi lado al arzobispo emérito de Sao Paulo y también prefecto emérito de la congregación para el Clero, el cardenal Claudio Hummes: un gran amigo, un gran amigo. Cuando la cosa se estaba volviendo un poco ‘peligrosa’, él me confortaba. Y cuando los votos habían alcanzado los dos tercios, ha llegado el acostumbrado aplauso porque el Papa ha sido elegido. Entonces él me ha abrazado y me ha dicho: “No te olvides de los pobres”. Y esas palabras han entrado aquí: los pobres, los pobres.
Después, en relación con los pobres he pensado en Francisco de Asís. Luego he pensado en las guerras, mientras el escrutinio proseguía, hasta el final de los votos. Y Francisco es el hombre de la paz. El hombre que custodia la Creación; en este momento en el que tenemos con la Creación una relación no muy buena, ¿no? Es el hombre que nos da este espíritu de paz, el hombre pobre... ¡Ah, cómo quisiera una Iglesia pobre y para los pobres!».
Presentamos dos imágenes que podrían distar ocho siglos de calendario: un Francisco de Asís rodeado de animales: corderito, ardilla, conejo..., sosteniendo, en la mano y por el hombro, una paloma. Y, a la derecha, otro Francisco, contemporáneo nuestro, disfrutando también la alada compañía de un ave blanca, y dejando caer sobre la nívea vestidura una entrañable representación del crucificado.
"NO DEJEMOS QUE A NUESTRO PASO QUEDEN SIGNOS DE MUERTE"
“Los seres humanos no somos meros beneficiarios, sino custodios de las demás criaturas. Por nuestra realidad corpórea, Dios nos ha unido tan estrechamente al mundo que nos rodea, que la desertificación del suelo es como una enfermedad para cada uno, y podemos lamentar la extinción de una especie como si fuera una mutilación. No dejemos que a nuestro paso queden signos de destrucción y de muerte que afecten nuestra vida y la de las futuras generaciones” (Evangelii Gaudium, 215).
Bien arraigada en la tierra, Pilar Paz Pasamar nos entrega, una vez más, versos de humanidad y fe cristiana. El panorama ecológico se presenta desolador: contaminación en el aire, sobresalto por las megaciudades, insolidaridad, violenciaentre los pobladores de un planeta que casi perdió hasta la alborotadora sinfonía de sus pájaros. Pero, a pesar de todo, se va abriendo camino la esperanza... Cierra Pilar su angustiada oración a Francisco, santo patrón del medio ambiente, enviándole recado de intercesión a través de blancas y puras y libres nubecillas de esperanza...
RECADO A SAN FRANCISCO
Ya no hay pájaros, no quedan
vuelos, no hay pájaros mansos.
Un cielo de plomo absurdo
destila gotas de pasmo.
Francisco de Asís, no queda
sitio ya para los pájaros.
Túneles de boca negra,
motores negros, espacios
llenos de sombra. Los hombres
-arquitectos del espanto-
destejen lianas plomizas
en las selvas del asfalto.
¿Qué harías, padre Francisco,
dónde pondrías tus manos
si ya no queda, si ya
no hay sitio para los pájaros?
El amanecer se tíñe
de humos apresurados:
prísa y humo. La escalera
nos lleva mucho más bajo.
Ya no hay sitio en la palabra
para nombrar al hermano;
la hermana agua se ha teñido
de sangre espesa, el hermano
viento golpea el acero,
llama en goznes subterráneos;
la hermana luz se hace verde
por los tubos, el cansancio
abraza los cuerpos, deja
su huella en todos los cánticos.
En la ruidosa colmena
no hay sitio para los pájaros:
miel amarga por los besos,
tuera por los ojos, barro
por las cornisas. A ciegas
la esperanza se abre paso,
se suicida en las miradas,
se ensucia en los pechos. Mando
mi recado por las nubes
aún libres, a Ti, en lo alto,
más frágil que esta esperanza:
-Hermano Francisco, hermano,
¡que ya no hay sitio, que ya
no hay sitio para los pájaros!
LOADO SEAS POR TODA CRIATURA, MI SEÑOR
“Pequeños pero fuertes en el amor de Dios, como san Francisco de
Asís, todos los cristianos estamos llamados a cuidar la fragilidad del pueblo y del mundo en que vivimos” (Evangelii Gaudium, 216).
El “Cántico del hermano sol”, también llamado “Cántico de las criaturas”, constituye la expresión más completa, más lírica, del alma y la espiritualidad de Francisco de Asís. La versión que vamos a ofrecer, la más conocida y meritoria pues se trata de una excelente adaptación métrica para cantar, la hemos tomado de la antología poética de José Luis Blanco Vega “Y tengo amor a lo visible” (Sal Terrae 1997), donde aparece como trabajo literario suyo; y no sé por qué, como un mantra, se atribuye, sin referencia bibliográfica alguna, a León Felipe.
En mi web Nido de Poesía ofrezco una Presentación en PPS de este poema, que titulo “Cántico de las criaturas”; y recomiendo pausar las escenas a un ritmo contemplativo, para no perder ninguno de los textos (duración total unos tres minutos). Para visualizarlo, pulsaraquí. Dediqué además otro post de este Blog de Religión Digital, a informar, con cierto detenimiento, sobre algunas curiosidades de esta bellísima oración de san Francisco. Para acceder, pulsaraquí.
CÁNTICO DEL HERMANO SOL
Omnipotente, altísimo, bondadoso Señor,
tuyas son la alabanza, la gloria y el honor;
tan sólo tú eres digno de toda bendición,
y nunca es digno el hombre de hacer de timención.
Loado seas por toda criatura, mi Señor,
y en especial loado por el hermano sol,
que alumbra, y abre el día, y es bello en suesplendor,
y lleva por los cielos noticia de su autor.
Y por la hermana luna, de blanca luz menor,
y las estrellas claras, que tu poder creó,
tan limpias, tan hermosas, tan vivas como son,
y brillan en los cielos: ¡loado, mi Señor!
Y por la hermana agua, preciosa en su candor,
que es útil, casta, humilde: ¡loado, mi Señor!
Por el hermano fuego, que alumbra al irse el sol,
y es fuerte, hermoso, alegre: ¡loado mi Señor!
Y por la hermana tierra, que es toda bendición,
la hermana madre tierra, que da en toda ocasión
las hierbas y los frutos y flores de color,
y nos sustenta y rige: ¡loado, mi Señor!
Y por los que perdonan y aguantan por tu amor
los males corporales y la tribulación:
¡felices los que sufren en paz con el dolor,
porque les llega el tiempo de la consolación!
Y por la hermana muerte: ¡loado, mi Señor!
Ningún viviente escapa de su persecución;
¡ay si en pecado grave sorprende al pecador!
¡Dichosos los que cumplen la voluntad de Dios!
¡No probarán la muerte de la condenación!
Servidle con ternura y humilde corazón.
Agradeced sus dones, cantad su creación.
Las criaturas todas, load a mi Señor.
TEXTOS DE FRANCISCO Y POEMAS
Se hermana la palabra del Pontífice con poemas e imágenes
1.La ciudad
ORACIÓN DE TODOS LOS DÍAS, de Pilar Paz Pasamar
SOBREVOLANDO MADRID, de Nicolás de la Carrera
2.Ciudad y evangelización
FADO DE LA LIMPIADORA, de Antonio Pereira
CANC. DEL POZO DEL TÍO RAIMUNDO, de R. Montesinos
3.Canción de la ciudad
LAMENTO PARA UN HOMBRE VIVO, de V. M. Arbeloa
TU PODER MULTIPLICA, de J. L. Blanco Vega
CANCIÓN DE LA CIUDAD. de Antonio Carvajal
4.Belleza tan antigua y tan nueva
LA IMAGEN, de Antonio Porpetta
TENGO SED, de Antonio Carvajal
5.Todas las expresiones de verdadera belleza
ORAC. POR LA BELLEZA DE UNA MUCH., de D. Alonso
EL ASTRÓNOMO, de Kahlil Gibran
HICISTE LA BELLEZA..., de Pedro Casaldáliga
6.¡Qué bello creaste el mundo!
DUELE LA TIERRA DE HERMOSA, de Jesús Mauleón
LA TIERRA ES TUYA, de Concha Zardoya
LA MUERTE COMO EL AMOR, de Victor Manuel Arbeloa
7.Me llamaré Francisco
RECADO A SAN FRANCISCO, de Pilar Paz Pasamar
CÁNTICO DEL HERMANO SOL, de José Luis Blanco Vega
8.Francisco y los animales
HERMANITOS PÁJAROS, anónimo
LOS MOTIVOS DEL LOBO, de Ruben Darío
9.El loco de Dios
YO LE DIJE A DIOS, de Jesús Mauleón
EL LOCO, de Antonio Porpetta
10.Todas las mañanas, cuando leo el periódico
TODAS LAS MAÑANAS, CUANDO LEO EL PERIÓDICO, de Gabriel Celaya y EL NIÑO, de Antonio Porpetta
11.Se desahoga Casaldáliga con San Francisco
ORACIÓN A S. FRANCISCO EN FORMA DE DESAHOGO, por Casaldáliga
12.Ya no lloramos
CULPA, de Ángela Figuera
ELOGIO DE LA IMPERFECCIÓN, de Miguel d'Ors