Nosotros los mayores, y la Poesía 27. 678 MONJAS Y UN CIENTÍFICO 2
En pantalla, siete jovencitas de más de cien años: las “Siete Magníficas”, como las llamaban sus compañeras. En 1995, el convento de Mankato, donde se inició el estudio de Snowdon, homenajeó a estas siete estrellas del firmamento de la fe. En el centro de la segunda fila, reconocemos a Esther Boor, cuya simpatía ya descubrimos en la portada del libro “678 monjas y un científico”, conversando y jugando con su autor, Snowdon.
No ha de extrañarnos descubrir en conventos de clausura, y también en los de vida activa, religiosas longevas, a veces hasta centenarias, que aman la vida y se mantienen activas cuidando a los demás y enriqueciendo su propia espiritualidad. No hay jubilación en la vida religiosa. En concreto, las monjas de Mankato, a cualquier edad, compiten en concursos, resuelven pasatiempos y mantienen debates, además de escribir en sus publicaciones, dirigir seminarios y dar clases... Según Snowdon, el estímulo diario revitaliza los conectores del cerebro, que tienden a atrofiarse con la edad, haciendo que se ramifiquen y creen nuevos vínculos.
EL MILAGRO DE SOR BERNADETTE
La hermana Bernadette tuvo una gran formación académica. Fue a la Universidad y obtuvo un título de posgrado. Fue maestra más de treinta años, siete de los cuales estuvo enseñando en un instituto. Snowdon le hizo los primeros test de memoria con 81 años, y tenía 84 cuando realizó el último.
En esa época Snowdon no se imaginaba que sería ella un caso muy especial. Así la describe con afecto y admiración:
“Ella era una persona muy agradable, extremadamente perspicaz. Y una de las cosas extraordinarias que destacaría de ella eran los resultados de nuestros test. Tenía una gran memoria. Los resultados que obtuvo fueron muy buenos. De hecho, en la mayoría de las pruebas que le realizamos a lo largo de varios años, incluso mejoró ligeramente en algunas.”
La hermana Bernadette murió de un ataque al corazón de una manera inesperada, a la edad de 85 años. Comenta el autor de “678 monjas y un científico”:
“Exploramos su cerebro y comprobamos que tenía uno de los tipos de Alzheimer que jamás habíamos visto. A nivel médico y clínico era de los más elevados: tenía el gen del Alzheimer, su cerebro sufría la enfermedad, que estaba muy avanzada. Pero a las tres pruebas avanzadas que le hicimos a lo largo de tres o cuatro años, no apareció ningún indicio de los síntomas del Alzheimer. Siempre dio muestras de su inteligencia. Al principio pensamos que nos habían enviado el cerebro equivocado, pero en realidad, después vimos que era el ejemplo más claro de cómo alguien resiste a la enfermedad. Es como si una persona sufre un terrible accidente de coche y sale de él sin un rasguño...”
EN EL "LIBRO DE LOS EPITAFIOS" incluye Carlos Murciano los entrañables versos de hoy, que dedicamos a la Comunidad docente de Notre Dame. La anciana protagonista, de vida contemplativa y ricas vivencias litúrgicas, después de años y años de oración y de flores, de devoción y culto, de amor y gregoriano, “se durmió en la gracia de Dios”. Sobre la cal del blanco nicho donde espera la resurrección, no aparece su nombre: se lo llevó el Señor para acunarlo por las estancias de luz y gozo de su amantísimo Corazón.
EPITAFIO PARA UNA MONJA ANCIANA¿Quién dio a blanca rosa hábito, velo prieto?
ARCIPRESTE DE HITA
Fue una mañana hermosa cuando llegó hasta elpueblo.
Cruzó sus calles solas en la hora del alba,
se empapó del silencio, del olor a jazmines
y a pan reciente y bueno, contempló unos caballos
caminando hacia el río, y con una sonrisa
atravesó las altas paredes del convento.
Allí se acabó todo y empezó todo. Nunca
tuvo más quince años, pero los tuvo siempre.
Vistió, tan blanca rosa, hábito y velo prieto,
cambió su nombre, puso más luz en sus pupilas
e inauguró su mundo: barrió su estrecha celda,
fregó, losa por losa, los muchos corredores,
regó las albahacas de los catorce patios,
hizo brillar la plata de la candelería,
cantó en el ancho coro, subió a las azoteas
–desde allí su universo de huertas y olivares–,
rezó al Sagrado Niño de la Espina, que llora
dentro del facistol de la gran sacristía,
planchó finos manteles, adornó los altares,
bordó pañuelos, cintas, cuidó del torno –Deo
gratias– y una mañana de abril no fue capaz
de levantarse. Hizo memoria de los años
–setenta, ochenta, ¿tantos pasaron ya, Dios mío?–
que empleó en sus faenas, dijo el avemaría,
oyó silbar los tordos negros sobre el tejado
y se durmió en la gracia de Dios.Aquí descansa,
dentro de esta pared encalada y desnuda
con doce limpios huecos cegados y olvidados
sobre los que ni un nombre tan siquiera florece.
Cerca, crecen y aroman hasta tres limoneros
con abejas de día y un ruiseñor de noche.
Hasta aquí bajarán las manos del Esposo
para llevarla –intacta– a la diestra del Padre.
“EL MISTERIO DEL ALZHEIMER”. ¿Por qué un descubrimiento para paliar el Alzheimer ha sido ignorado por las grandes compañías farmacéuticas? Éste descubrimiento lo hicieron el Dr. David Snowdon, profesor de neurologia de la Universidad de Kentucky y el Dr. Patrick Mc.Geer, Neurologo de la Univ.de la Columbia Británica, entre otros, después de un riguroso estudio. Excelente vídeo de 43 minutos (pulsaraquí).
NOSOTROS LOS MAYORES,
y la Poesía
24.Bendita memoria, bendito olvido
EL QUE TIENE MALA MEMORIA, por Manuel Mantero
TAMBIÉN HAY MUERTOS QUE MATAN, de José Bergamín
ÍNDICE DEL 13 AL 24
25.Nicanor Parra, Centenario Vivo
ENLACE A NUEVE PÁGINAS SOBRE PARRA
26.678 monjas y un científico 1.
EL LARGO CAMINO HACIA LA SERENIDAD, de A. Daigneault
27. 678 monjas y un científico 2.
EPITAFIO PARA UNA MONJA ANCIANA, por Carlos Murciano
28.678 monjas y un científico 3
MISIÓN, de Nicolás de la Carrera
29. 678 monjas y un científico y4.
PARA DAR ALEGRÍA, por Ernestina de Champourcin
A UN PÁJARO QUE CANTABA..., por E. de Champourcin
30. Vivir sin parar
PEREGRINO, de Luis Cernuda
SUEÑOS Y AMBICIONES, de Kahlil Gibran
31.Moverse es cuidarse
RECOMENDACIÓN DEL CUERPO, de Gabriel Celaya
32.Lo tengo en la punta de la lengua
HOY HE NACIDO, de Amado Nervo
33.Nuestras primeras letras
DE CUANDO SOR PILAR ENSEÑÓ A LEER AL POETA NIÑO, de Jesús Mauleón
34. Dos poemas de sol y de sueños
AHORA, de Eloy Sánchez Rosillo
LAS ESTRELLAS Y UN SUEÑO, de Eloy S. Rosillo
35.Los ojos de aquel niño...
VIEJAS HISTORIAS, de Eloy Sánchez Rosillo
CUANDO MIRAS DESPACIO, de Eloy S. Rosillo
PERDICIÓN, de Eloy Sánchez Rosillo
36. Regresar a ese limpio manantial
EL MANANTIAL, de Eloy Sánchez Rosillo
LA ESCONDIDA FUENTE, de Eloy Sánchez Rosillo
EL VIAJE, de Eloy Sánchez Rosillo
37. Miro mis manos...
MEDITACIÓN SOBRE UNAS MANOS, de Eloy S. Rosillo
CERTIDUMBRE QUE QUEMA, de Eloy Sánchez Rosillo
ÍNDICE DEL 37 al 48