Nosotros los mayores, y la Poesía 35. LOS OJOS DE AQUEL NIÑO...
Seguiremos hoy asomándonos a los últimos trabajos de Eloy Sánchez Rosillo (pulsar), específicamente al poemario “Antes del nombre”. Los primeros versos nos acercan ya la clave del libro, que muy bien resume en nota José Luis Morante, editor de la antología “Hilo de oro”: “Antes de dar vida a un yo biográfico empeñado en la labor diaria, somos seres innominados, soñados habitantes de un luminoso paraíso.” Bellamente lo describe, en primera persona, Sánchez Rosillo: “habitaba / la estancia inacabable de la luz...” Desprendido del anónimo magma auroral, irá el poeta fundando creativamente su nombre: “Y fui el que Eloy se llama, el que esto escribe...”
LOS OJOS DE AQUEL NIÑO QUE YO FUI
Desde aquel "alumbramiento" primero, el niño crece, experimenta, conoce, madura... Los versos de "Viejas historias" describen y reflexionan sobre la formación religiosa del pequeño Eloy. Nostalgia, melancolia de aquellas fascinantes, dramáticas, hermosas, tiernas vivencias que sobrecogieron, y sobrecogen todavía hoy y cómo, su alma y sus entrañas...
VIEJAS HISTORIAS
Aquellos episodios de la Historia Sagrada
que de pequeño oía en el colegio
y que en casa, más tarde, repasaba despacio
me fascinaban siempre. Llenaban de hermosura,
de muy fuertes y opuestas emociones
-y quizá de algo más, de algo sin muerte-,
al niño retraído y soñador
que en mi ser habitaba. Qué intenso y sugestivo
el universo elemental y exótico
en el que transcurrían. Allí supe
del dolor y el amor, de sangre y fuego,
de plagas y diluvios y guerras y milagros,
de justicia implacable y de misericordia.
Luego, ¿dónde se fueron las vívidas estampas
que en mi alma bullían? Poco a poco
el tiempo fue empujándolas a ciertos arrabales
últimos del recuerdo (que son ya casi olvido).
Y muchos, muchos años, otros rumbos anduve.
En ocasiones, ahora, retirado en mi cuarto,
leo y releo la Biblia buscando no sé qué,
buscando, por instinto, agua de vida.
Y reencuentro en sus páginas los relatos que brotan
–tan frescos como entonces, tan dulces, tanterribles–
del fondo más remoto de mí mismo.
De nuevo me consuelan, me espantan, mesubyugan.
Por los viejos caminos pedregosos
de Judea y Samaria, bajo un sol de leyenda,
o en la ribera azul del mar de Tiberiades,
los ojos de aquel niño que yo fui
se cruzan con los ojos de Jesús cuando pasa.
SI TE QUEDAS MIRANDO LARGAMENTE...
El poeta contemplativo mediterráneo abre los ojos a la luz y al alma de las cosas, "un lugar muy secreto e inviolable, / donde la mano palpa un agua antigua, / un regazo caliente" ("Adentro"). Verás y sentirás que cuando miras "tú eres mundo también..."
CUANDO MIRAS DESPACIO
Si te quedas mirando largamente
cualquier cosa del mundo
-un gorrión, una mujer, un árbol,
un río, un desengaño, tal poema
por el que pasa un río
y una mujer desengañada y sola
y en el que se alza un árbol al que acuden
los gorriones mientras cae la tarde-,
si miras cualquier cosa un largo rato
y dejas que entre en ti,
que te vacíe de tu oscuridad
y que en tu ser halle cobijo y sea,
verás y sentirás que cuando miras
tú eres mundo también,
que en ti la vida se entrecruza y canta,
y que todo es sagrado.
ALZO LOS OJOS EN LA NOCHE OSCURA
Si el poeta de la luz inicia el poemario “Antes del nombre” emergiendo del Todo estrenando identidad, en “Perdición”, sus últimos versos, no se conforma con mirar largamente “cualquier cosa del mundo”, sino que eleva la vista a la grandiosidad de un cielo incendiado de estrellas y se deja herir por su misterio, constatando: “me abre ahí una herida tanta luz, / y la herida no sangra, porque se cauteriza / con su propio dolor, que es alegría...”
Sugiere José Luis G. Martín que, en “Antes del nombre”, “hay un componente que podríamos llamar místico y que le acerca a un poeta como Vicente Gallego, cuyos últimos libros responden a conversión religiosa. Buen ejemplo de ello lo constituye el poema que cierra la antología, “Perdición”, y que casi podría estar firmado por cualquiera de los dos...”
En nota aclaratoria posterior, puntualiza Sánchez Rosillo: “En el poema “Perdición” yo no pretendo expresar ninguna experiencia mística, ni creo que esos versos, ni otros míos, sean trasunto explícito de una conversión religiosa. En ese poema lo único que hay es el profundo estremecimiento de un hombre que al contemplar el cielo en una noche clara se abre al misterio del mundo...”
PERDICIÓN
Alzo los ojos en la noche oscura,
y ésa es mi perdición. Desde una estrella
que refulge esta noche para mí
más que ninguna otra,
me va llegando sin piedad al pecho
un cataclismo de diamante puro.
Y me abre ahí una herida tanta luz,
y la herida no sangra, porque se cauteriza
con su propio dolor, que es alegría,
que es muerte y nacimiento,
un volver a vivir desde el principio,
y esta vez para siempre.
42 POEMAS DE ELOY S. ROSILLO
Nos asomamos a dos miniantologías de sus versos: 24 poemas en “A MEDIA VOZ” (pulsar), y 18 poemas en CÍRCULO DE POESÍA (pulsar).
NOSOTROS LOS MAYORES,
y la Poesía
24.Bendita memoria, bendito olvido
EL QUE TIENE MALA MEMORIA, por Manuel Mantero
TAMBIÉN HAY MUERTOS QUE MATAN, de José Bergamín
ÍNDICE DEL 13 AL 24
25.Nicanor Parra, Centenario Vivo
ENLACE A NUEVE PÁGINAS SOBRE PARRA
26.678 monjas y un científico 1.
EL LARGO CAMINO HACIA LA SERENIDAD, de A. Daigneault
27. 678 monjas y un científico 2.
EPITAFIO PARA UNA MONJA ANCIANA, por Carlos Murciano
28.678 monjas y un científico 3
MISIÓN, de Nicolás de la Carrera
29. 678 monjas y un científico y4.
PARA DAR ALEGRÍA, por Ernestina de Champourcin
A UN PÁJARO QUE CANTABA..., por E. de Champourcin
30. Vivir sin parar
PEREGRINO, de Luis Cernuda
SUEÑOS Y AMBICIONES, de Kahlil Gibran
31.Moverse es cuidarse
RECOMENDACIÓN DEL CUERPO, de Gabriel Celaya
32.Lo tengo en la punta de la lengua
HOY HE NACIDO, de Amado Nervo
33.Nuestras primeras letras
DE CUANDO SOR PILAR ENSEÑÓ A LEER AL POETA NIÑO, de Jesús Mauleón
34. Dos poemas de sol y de sueños
AHORA, de Eloy Sánchez Rosillo
LAS ESTRELLAS Y UN SUEÑO, de Eloy S. Rosillo
35.Los ojos de aquel niño...
VIEJAS HISTORIAS, de Eloy Sánchez Rosillo
CUANDO MIRAS DESPACIO, de Eloy S. Rosillo
PERDICIÓN, de Eloy Sánchez Rosillo
36. Regresar a ese limpio manantial
EL MANANTIAL, de Eloy Sánchez Rosillo
LA ESCONDIDA FUENTE, de Eloy Sánchez Rosillo
EL VIAJE, de Eloy Sánchez Rosillo
37. Miro mis manos...
MEDITACIÓN SOBRE UNAS MANOS, de Eloy S. Rosillo
CERTIDUMBRE QUE QUEMA, de Eloy Sánchez Rosillo
ÍNDICE DEL 37 al 48