Nosotros los mayores, y la Poesía 36. REGRESAR A ESE LIMPIO MANANTIAL
Interesados, sobre todo, por la segunda etapa de la poesía de Sánchez Rosillo (2005–2011), más celebrativa y gozosa que sombría y melancólica, nos hemos asomado tímidamente, en las dos anteriores entregas, a sendos entrañables títulos: “La certeza” (2005), pulsar aquí, y “Antes del nombre” (2013), pulsar aquí. En el post de hoy disfrutaremos tres poemas de “Oír la luz” (2008). El poeta intimista y vital medita en el presente del aquí y ahora, aunque integrando en sus emocionados versos tanto el pasado como el futuro: “Siento que todo ocurre a la vez en el fulgor de un instante único y para siempre.”
ALLÍ EL AMOR NO SE TERMINA NUNCA
En el poema “El manantial”, describe Eloy una fuente original a la que regresar a beber vida, a calentar el alma aterida de invierno. Que cada cual imagine, en los albores de su niñez, por ejemplo un brasero sagrado que confirmar. Acaso como lo expresará un día el poeta en los versos de “Siempre”, refiriéndose al cariño materno como arquetipo y magma primordial: “Ambos reconocemos que ese encuentro es la vida, / el relámpago eterno de amor que nos fue dado / del todo y para siempre. Y otra cosa no hay.”
EL MANANTIAL
Este deseo, esta necesidad
de retornar mil veces
a donde está la luz.
No a donde estuvo y se apagó muy pronto,
sino al lugar radiante del que siempre
sigue y sigue manando.
Respirarla, beberla
cuando a ese sitio nuestros pasos vuelven,
es completar la vida, lo que entonces
apenas fue o no vimos
que en nuestro transcurrir se demorara.
Regresar a ese limpio manantial:
cuánta misericordia inagotable.
Ningún daño se encuentra allí al acecho;
allí el amor no se termina nunca.
CUANDO EL DOLOR TE VENZA
Y TE DERRUMBE...
Es un misterio el dolor, un misterio despiadado y oscuro, pero fecundo y misericordioso. Inspirado en los versos joánicos del “Cantar del alma que se huelga de conocer a Dios por fe”, tan popular por el estribillo “aunque es de noche”, sugiere el lírico murciano la aventura interior de atravesar esperanzado el desierto de las devastaciones del cuerpo y del espíritu, y descubrir un “agua fresca y viva que es también una luz”... Expresada esta vez por san Juan de la Cruz, nos llega la noticia: “Su claridad nunca es oscurecida / y sé que toda luz de ella es venida, / aunque es de noche.”
LA ESCONDIDA FUENTE
Cuando el dolor te venza y te derrumbe y des
con tus huesos en una noche ciega,
no pienses ante todo en escapar: indaga
en el hondo misterio que supone
que ese dolor exista, igual que existen
el pájaro y la flor, la hormiga o las estrellas.
Y escarba en sus escorias enigmáticas
con corazón dispuesto y manos que se entreguen
a buscar la verdad sin titubeos.
Escarba en tu dolor hasta llegar al fondo
de la tiniebla y del espanto. Allí
verás sin duda el rostro de la muerte.
Pero no desfallezcas. Si tu espíritu
no se rinde y prosigue, tal vez descubras luego,
bajo la tierra estéril de las devastaciones,
una escondida fuente. De ella brota
un agua fresca y viva que es también una luz,
la más intensa luz, la luz más pura.
POR FAVOR, NO TE VAYAS, Y ESPERA MI REGRESO
No es fácil, en la pareja, mantener equilibrio entre independencia y comunicación. Se confiesa Sánchez Rosillo celoso de su intimidad. Declaraba en 2005: “Nunca he sido uno de esos poetas que precisan enseñar al prójimo cuanto hacen casi en el mismo instante en el que lo terminan.” Y, refiriéndose a la obtención, a sus 29 años, del premio Adonáis por el poemario “Maneras de estar solo”, confidencia: “hasta mi familia ignoraba que hubiera escrito el libro y sólo dos o tres personas sabían de su existencia.”
En los siguientes versos de “El viaje”, al tiempo que canta la excelencia de la soledad (”pero a veces encuentro / extrañas maravillas que nadie ha visto antes”), suplica a la amada su necesidad de cercanía y complicidad: ”saber que estás ahí... me estimula, me da ilusión y fuerza y esperanza...”
EL VIAJE
Saber que estás ahí, mientras trabajo
en el cuarto de al lado, mientras busco
a solas el poema, me estimula,
me da ilusión y fuerza y esperanza.
Yo me voy a mis sueños y me adentro
por inciertas regiones en las que nunca
estuve. No admite compañía esta aventura:
es preciso estar solo para hallar lo que importa.
Me pierdo en ocasiones, pero a veces encuentro
extrañas maravillas que nadie ha visto antes.
Por favor, no te vayas y espera mi regreso;
tú serás, cuando vuelva, la primera en mirarlas.
AUNQUE ES DE NOCHE
por ENRIQUE MORENTE
Versión en “you tube” del poema “Aunque es de noche” de san Juan de la Cruz, que dura 4,24 minutos, cantado magistralmente en 1983 por Enrique Morente. Una admiradora, Marina Val, ha escrito: “Un grande. Su voz quedará para la eternidad como una guía en la tierra. Pura esencia, te recuerda que en esta vida sólo nos queda ser uno mismo...” Pulsar aquí
NOSOTROS LOS MAYORES,
y la Poesía
24.Bendita memoria, bendito olvido
EL QUE TIENE MALA MEMORIA, por Manuel Mantero
TAMBIÉN HAY MUERTOS QUE MATAN, de José Bergamín
ÍNDICE DEL 13 AL 24
25.Nicanor Parra, Centenario Vivo
ENLACE A NUEVE PÁGINAS SOBRE PARRA
26.678 monjas y un científico 1.
EL LARGO CAMINO HACIA LA SERENIDAD, de A. Daigneault
27. 678 monjas y un científico 2.
EPITAFIO PARA UNA MONJA ANCIANA, por Carlos Murciano
28.678 monjas y un científico 3
MISIÓN, de Nicolás de la Carrera
29. 678 monjas y un científico y4.
PARA DAR ALEGRÍA, por Ernestina de Champourcin
A UN PÁJARO QUE CANTABA..., por E. de Champourcin
30. Vivir sin parar
PEREGRINO, de Luis Cernuda
SUEÑOS Y AMBICIONES, de Kahlil Gibran
31.Moverse es cuidarse
RECOMENDACIÓN DEL CUERPO, de Gabriel Celaya
32.Lo tengo en la punta de la lengua
HOY HE NACIDO, de Amado Nervo
33.Nuestras primeras letras
DE CUANDO SOR PILAR ENSEÑÓ A LEER AL POETA NIÑO, de Jesús Mauleón
34. Dos poemas de sol y de sueños
AHORA, de Eloy Sánchez Rosillo
LAS ESTRELLAS Y UN SUEÑO, de Eloy S. Rosillo
35.Los ojos de aquel niño...
VIEJAS HISTORIAS, de Eloy Sánchez Rosillo
CUANDO MIRAS DESPACIO, de Eloy S. Rosillo
PERDICIÓN, de Eloy Sánchez Rosillo
36. Regresar a ese limpio manantial
EL MANANTIAL, de Eloy Sánchez Rosillo
LA ESCONDIDA FUENTE, de Eloy Sánchez Rosillo
EL VIAJE, de Eloy Sánchez Rosillo
37. Miro mis manos...
MEDITACIÓN SOBRE UNAS MANOS, de Eloy S. Rosillo
CERTIDUMBRE QUE QUEMA, de Eloy Sánchez Rosillo
ÍNDICE DEL 37 al 48