Nosotros los mayores, y la Poesía 13. LOS QUE VIVIMOS SOLOS

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La familia extensa de muchos hijos, que incluía también a los abuelos, los tíos..., se fue reduciendo a nuclear, matrimonio con escasa descendencia (con suerte, la parejita), y sin abuelos, porque las viviendas pequeñas que ahora se construyen no dan para muchos. Los abuelos ahorradores fueron adquiriendo su actual domicilio y se disponen a vivir una vejez tranquila, no muy lejos, a ser posible, del hogar de sus hijos y nietos. A medida que van pasando los años, uno de los mayores, o los dos, necesitará cuidados muy especiales, quizás en residencia.

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Hasta que -no somos eternos- descanse en paz, un día, uno de ellos.Sobrevivirá casi siempre la mujer, porque es notablemente más longeva que el hombre y suele ser unos años más joven que él. Vivirá sola en el hogar familiar; y si su economía está siendo suficiente, una empleada de hogar le dedicará unas horas de compañía y utilísimos servicios de intendencia.

He fabulado una sencilla historia, que en la realidad se complicará “ad infinitum”. Alguno de los mayores pudo haber sufrido anteriormente un divorcio o haber perdido, por fallecimiento, a su cónyuge. La economía se quebró, acaso, y el Ayuntamiento y Cáritas les están ayudando a cerrar el mes con cierta dignidad, etcétera...

En el post de hoy pretendemos animar a la pareja mayor, o al sobreviviente, al soltero anciano o a la viuda con bastón... Son los poetas quienes mejor han venido expresando la sabiduría del alma en carne viva, esparciendo semillitas de luz y fuego por los fecundos surcos del corazón.

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LARGO SE LE HACE EL DÍA
A QUIEN NO AMA...

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Los primeros versos de hoy están redactados por el lírico zamorano Claudio Rodríguez. De él escribió Fernando Beltrán:"Era un ser excepcional, en todos los sentidos. En el personal, un ser tierno y entrañable, con los ojos muy abiertos y una curiosidad permanente. En lo poético, un asombro. Para mí, es el gran poeta español del siglo XX, un siglo que generó en España un enorme puñado de nombres excepcionales, pero dentro de ellos hubo dos tocados por un ángel especial: Federico García Lorca y él.”

El poema presente, “Ajeno”, incluido en “Alianza y condena” (1958), describe, como un cámara documentalista, el ir y venir de un personaje anónimo que no vive solidario del prójimo, sino “ajeno” a la familia humana. Su jornada es vacía, su soledad de día y, sobre todo, de noche, interminablemente fatigosa. “Y él bien sabe que nunca / vivirá aquí, en la tierra...” La mirada contemplativa de Claudio, a un tiempo amorosa y crítica, me evoca la tristeza de Jesús en su encuentro con el joven rico (Mc 10, 17-30).

El Maestro de Galilea observaba, con ternura y profundidad, el corazón del ser humano y leía su interior más allá del escenario social; así, por ejemplo, alabó un día la generosidad de la viuda pobre (Lc 21, 1-4). La persona mayor que vive sola, podría, incluso con dificultades de movilización, interesarse por familiares y amigos, acaso también por desconocidos, prestarles humildes servicios, por ejemplo de escucha presencial o telefónica o via internet, recibir y atender visitas, orar por necesidades concretas...

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AJENO

Largo se le hace el día a quien no ama
y él lo sabe. Y él oye ese tañido
corto y duro del cuerpo, su cascada
canción, siempre sonando a lejanía.
Cierra su puerta y queda bien cerrada;
sale y, por un momento, sus rodillas
se le van hacia el suelo. Pero el alba,
con peligrosa generosidad,
le refresca y le yergue. Está muy clara
su calle, y la pasea con pie oscuro,
y cojea en seguida porque anda
sólo con su fatiga. Y dice aire:
palabras muertas con su boca viva.
Prisionero por no querer, abraza
su propia soledad. Y está seguro,
más seguro que nadie porque nada
poseerá; y él bien sabe que nunca
vivirá aquí, en la tierra. A quien no ama,
¿cómo podemos conocer o cómo
perdonar? Día largo y aún más larga
la noche. Mentirá al sacar la llave.
Entrará. Y nunca habitará su casa.



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VEN, LEVÁNTATE, DAME LA MANO...

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La sugerente antología de textos sobre el hecho de envejecer “Siempre hay un mañana” (Scripta, 1992), selección de la religiosa María Cos Boada, presenta como anónimos los siguientes versos, traducidos del portugués por Marcelino Garriga, con el título de “¡Ven!”.

Se dirige el desconocido poeta a una persona mayor que descansa perezosamente sobre las tablas de un banco público, y le invita a observar a los pájaros libres y las solidarias hormigas. Y a contemplar las flores, el mar, los peces del río, el sol, todo lo que le rodea y está vivo. Le anima a levantarse y arreglarse un poco. Vestirá su mejor traje, clavará una flor en la solapa y sonreirá a una nueva vida... Porque, a pesar de las arrugas, su corazón es joven...

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¡VEN!

¡Ven!
Levántate del banco donde estás sentado,
donde te calientas al débil sol del invierno,
donde buscas la sombra amiga del verano.
¡Ven, levántate!
Tu cuerpo todavía es fuerte.
Tus miembros no están paralizados todavía,
y no eres un inválido.
Eres solamente un hombre más
a quien ha llegado el límite de edad para trabajar,
y nada más.

Ven, no te dejes ir
a recordar con nostalgia la juventud y tu pasado.
Ven, levántate,
dame la mano, ven conmigo;
ven a ver cómo los pájaros
vuelan en libertad
y como olvidan las rejas.
Ven, a ver y admirar las hormigas.
Mira cómo ellas olvidan los rencores
y se unen para trabajar.

Ven a ver como crecen las flores,
como las olas besan la playa,
como los peces nadan en el río.
Ven, contempla bien el sol:
tantos años como tiene
y todavía brilla en el azul del cielo.
Ven, levántate y ven a vivir,
olvida tus cabellos blancos,
¡porque la edad no te ha vencido todavía!
Ven, levántate y demuestra que todavía eres alguien.
Aféitate la barba y péinate.

Ponte la camisa limpia y la corbata,
ponte tu mejor traje,
aunque esté gastado:
ponte una flor en la solapa,
una flor que te guste.
¡Sonríe después a ti mismo!
¡Sonríete,
pero con una sonrisa de verdad!
Porque, aunque tengas arrugas,
tú eres un joven,
¡un joven de la tercera edad!



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PRESENTACIÓN PPS.Ofrecemos una hermosa parábola sobre la alegría y bendición que desciende del cielo al hombre generoso que da y se da sin cálculo (quien más da más tiene, y no menos...). Se trata de la Presentación “DOS MARES” sobre el Mar de Galilea y el Mar Muerto.Al norte de Palestina, el Jordán se desparrama y fecunda los campos, llenándolos de vida. Al sur, se desangran sus aguas en el Mar de la Sal o de la Muerte. Ya no es río que corre y se entrega y fecunda, sino perdido líquido que se remansa y evapora... Pulsar aquí.

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NOSOTROS LOS MAYORES,
y la Poesía

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12. Abro las Escrituras para fortalecer mi corazón

ESTOY DELANTE DE TI, por Jacques Gauthier
UNA VEZ AL DÍA, de Paul Roth
ÍNDICE del 1 al 12


13.Los que vivimos solos

AJENO, por Claudio Rodriguez
¡VEN!, por Autor desconocido


14.Viudas sin luto

ÉL SE FUE MUY SERIO, por Carilda Oliver
NO ME CANSO, MI AMOR, YA DE QUERERTE, por Carilda O.
LA VIUDITA, de Carlos Murciano


15.Disfrutar del sexo a cualquier edad

BODAS DE PLATA, por Gastón Baquero
LA PAREJA, por Leopoldo de Luis


16.Entrega completa hasta el final

HOY PARECE..., por Gonzalo Alonso-Bartol
A MI ESPOSA, por Cintio Vitier.


17.Nos recetan a las mujeres la vejez prematura

MOMENTO, por Carlos Murciano
LA ORACIÓN DE LA NOCHE, de José María Valverde
MUJER IRREDENTA, de Gioconda Belli


18.Porque el cielo nos mira y se complace

CÍTARA MÍA, por Gonzalo Rojas
ARRUGAS, por Miguel d'Ors


19.Y es más breve el tiempo del amor

CARA A CARA, de Luis López Anglada
LA AMADA INNUMERABLE, por Bartolomé Mostaza
DÍA DE FIESTA, de Luis López Anglada


20.Cenizas que no se apagan

EL FUEGO ARDÍA LENTO, por Concha Zardoya
AÚN VIVAZ, de Concha Zardoya
"CUANDO DIOS QUISO", de Francisca Aguirre


21.Eres lo que recuerdas

ALGUNA VEZ POR LA MAÑANA..., por Cristina Lacasa


22.Pero el olvido, no, nunca el olvido

ESCÚCHAME, por Antonio Porpetta


23.El album familiar

FOTOGRAFÍAS, por Ginés Aniorte


24.Bendita memoria, bendito olvido

EL QUE TIENE MALA MEMORIA, por Manuel Mantero
TAMBIÉN HAY MUERTOS QUE MATAN, de José Bergamín


25.Nicanor Parra, Centenario Vivo

ENLACE A NUEVE PÁGINAS SOBRE PARRA
ÍNDICE del 25 al 36


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